¿Qué importan la ternura,
el peligro,
los sonidos
o la vida..?
si ya no se puede soportar
a los héroes.
Si se tiene sed
de beber de nuevo la infancia
y no salirse de ella
para ser poeta,
para ser hombre.
De estarse en un recodo de la noche
asustado,
sin pasión,
sin deseo,
sin sexo...
¡Ah!... ¡Ah, vida burguesa!
¿Es que ni un minuto
se puede ya
detener tu alocada marcha
rutinaria,
efímera..?
Y decir:
no es posible tanto abandono
a nosotros mismos,
tanta crueldad
con lo que un día amábamos.
Pensar de nuevo
que nuestra presencia
no es una alocada partida del destino.
Que si hemos llegado
fue a buscar
la hondura que llevan todas las cosas
y meternos en ella
como la lluvia en la tierra,
como el río en la mar
como a vida en la muerte.
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