27 may 2014

"El Huaquero y la Princesa (III y última parte)" de Horacio Alva Herrera




TERCER CUADRO

(La misma sala del primer cuadro.- El Chimú-Cápac en su trono. Siempre a su derecha el G. Sacerdote y a su izquierda Yonán.- Cortesanos, músicos)…


Ch. C.- ¿Ha sido de tu agrado el festín de esta noche, hija mía?

Yonán.- Jamás goce tanto, como hoy. El festín ha sido magnífico.

G.S.- Radiante luce el rostro de la princesa.

Ch. C.- Sí, radiante. Parece que te hace muy feliz que el dios Kon haya hecho descender su gracia sobre el hombre de allá arriba.

Yonán.- Confieso que sí, padre mío. Además, debemos sentirnos dichosos con la suprema voluntad del dios de dioses.

Ch. C.- Bien, pero aún falta esta tercera y definitiva prueba. Los pretendientes deben rivalizar hoy en bailar las danzas más alegres y originales.

G. S.- ¿No crees, señor que es tiempo de hacer pasar a los pretendientes para que se inicie la prueba?

Ch. C.- (Tocando palmadas en señal de atención).- Cortesanos, va a comenzar el certamen. Haced pasar a los pretendientes.

(Un soldado sale, y vuelve a entrar seguido de los pretendientes y del Huaquero, sin ataduras. Cada cual tomó su lugar en la sala).-

Ch. C.- Toca su turno al hábil Morropón.

(El pretendiente hace una reverencia al Chimú Cápac, otra a Yonán, que ella contesta desganada, hace una señal a los músicos y tomando el centro de la sala, dice:)

Pretendiente I.- La danza de Morropón.

(Los músicos dejan oír un son monótono; el Pretendiente I ejecuta una danza también monótona. La princesa Yonán bosteza dos veces, y mira con aire de cansancio).-

G.S.- Altiva y diplomática danza la que ejecuta el hábil Morropón.

Ch.C.- Digna de su categoría. ¿Qué te parece, hija mía?

Yonán.- Desabrida, padre, como una chirimoya verde. (Pretendiente I termina su danza, hace una gran reverencia y toma su lugar en la sala).

Ch. C.- Te ha llegado el turno, diestro Ucupe. Esperamos que dances con más alegría que el hábil Morroópón.

(Pretendiente II reverencia al Chimú Cápac y a Yonán, toma el medio de la sala y ordena a los músicos):

Pretendiente II.- La danza de Ucupe.

(Los músicos dejan escuchar otra música monótona, a cuyo compás baila animadamente el pretendiente.- Yonán bosteza nuevamente)

G.S.- Mucho más alegre y novedosa es esta danza, ¿verdad, señor?

Ch. C.- Sí, mucho más. Sin embargo, ese movimiento de brazos me parece exagerado. En mis tiempos el baile era natural. ¿Qué opinas, hija mía?

Yonán.- Que esa danza es más agria que un mamey sin madurar.

(Pretendiente II acaba su baile, hace profunda reverencia y se retira).-

Ch. C.- Y ahora, a bailar con denuedo, valiente cacique Yoc.

(Pretendiente III reverencia ceremoniosamente al emperador y a la princesa, toma la mitad de la sala, y dice a los músicos:)

Pretendiente III.- Los alegres ritmos de la danza de Yoc.

(Expectativa general. Yonán observa con curiosidad). (Los músicos interpretan una música un poco más alegre, y Yoc baila con cierta alegría; pero no hay concordancia entre la música y sus exagerados movimientos).-

G.S.- Señor, esta música es muy alegre y la danza modernísima y novedosa; ¿pero no te parece que el cacique Yoc no sigue el compás?...

G. Ch.- ¡Por Kon! ¡Jamás vi danza más alegre! Lástima que nuestro cacique no tenga buenas orejas para oír el compás.

(El pretendiente II termina. Aplausos generales. Sólo Yonán y el huaquero no aplauden. El huaquero mira a Yonán y hace un gesto burlón refiriéndose al Pretendiente III. Yonán sonríe).-

G. Ch.- Creo que el vencedor de esta noche será Yoc… ¿No te parece, hija mía?

Yonán.- (Despectivamente).- No lo creo, padre.

G. S.- ¿Acaso no te ha gustado el alegre baile del cacique, a la princesa?

Yonán.- Insípido, como una guaba verde.

G. S.- Descontenta eres, Yonán. Quizá esperas que el huaquero sea capaz de mover el cuerpo con más gracia que el valiente Yoc.

Yonán.- Quizá, quizá, señor mío.

G. Ch.- Este hombre es capaz de cualquier cosa.

G. S.- Pero desconoce nuestra música, nuestras danzas. Jamás ha ensayado con os nuestros. No imagino cómo salga hoy del aprieto.

(Entre tanto, el huaquero ha tomado el centro de la sala. Expectativa general. A Yonán le faltan ojos. El huaquero saca la radio del maletín, sintoniza una onda, y deja el aparato a corta distancia de él).-

Jefe de los Músicos.- ¿Qué músicos debemos ejecutar, señor?

Huaq.- Ninguna.
(Sorpresa general)

Ch. C.- ¿Ninguna piensa acaso el huaquero bailar a la sordina?

Huaq.- No, Señor. El dios Kon me ha concedido el milagro completo (señalando la radio).- De aquel objeto que allí veis, saldrá una música misteriosa.

(En ese instante se oye el son de alegre mambo.- Sorpresa general)

G. S.- ¡Milagro! ¡Maravilla!

Yonán.- ¡Oh! Gracias infinitas, divino Kon.

(El huaquero arranca a bailar alegre y espectacular mambo; los cortesanos tararean el mambo y con leves movimientos del cuerpo siguen el compás. El Chimú Cápac se incorpora, se pone de pie, y también sigue el compás. Por último el huaquero invita a Yonán, la coge de la mano, ambos toman el centro de la sala, y juntos bailan el mambo hasta que la música cesa).

Ch. C.- ¡Bravo! ¡Bravo!... El huaquero de allá arriba ha ganado la tercera prueba.

(Estalla una prolongada salva de aplausos. Sólo los pretendientes permanecen tristes y cabizbajos).-

Ch. C.- El huaquero es el vencedor de las tres pruebas, y ha probado destreza, sabiduría, misticismo y alegría. Mi hija Yonán será mañana su esposa y algún día heredará mi imperio.

(Nuevos aplausos.- Yonán se lanza en brazos del huaquero)

TODOS.- (A coro).- ¡Qué viva el huaquero! ¡Qué viva el hombre de allá arriba

(TELÓN).




*Extraído de: "Chan Chan en la Poesía"- Alberto Pinillos R. (1994).

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